Pezones

Al inicio de la sesión me gusta excitarte con caricias suaves, ver como tu pene se va poniendo durito, como gimes de placer. Y de las primeras partes de tu cuerpo con la que juego es con tus pezones. Es una zona muy sensible. Además llevo tiempo haciendo que sea una parte que te excite mucho.  Que ampliaras tus zonas erógenas a algo más que tu pene. 

Cuando estás conmigo los trabajo yo. Y sé, porque eres muy obediente, que cumples mis deseos, y tú contribuyes a seguir excitándolos en tus ratos de intimidad, sin correrte, claro, eso lo tienes prohibido

Pero la sesión no es para eso. ¿A que no?. No es para que tú lo pases bien, no es una sesión para que sólo sientas placer. Además tu placer no está completo si sólo te toco los pezones de forma dulce y cariñosa. Eso ya no es para ti. Eso ya no te llena. Y yo con eso no disfrutaría. Y en la sesión la importante sabes que soy YO, tu dueña.

Cuando te acaricio tus pezones alcanzas una erección, pero apenas te mojas, te excitas, claro, es un reflejo masculino, pero a tu mente le falta algo más de intensidad para poder llegar más lejos en tu placer. Sólo acariciando tus pezones, no te correrías.

En eso veo lo sumiso que eres, o lo sumiso que te he hecho, He logrado que tu mente necesite que pellizque bien tus pezones. Que tu mente necesite que esos pezones te duelan. Y cuando hago eso veo que tu excitación aumenta, tu pene chorrea más, tus gemidos aumentan. Nunca lo he intentado, porque las sesiones son algo más que castigar unos pezones, pero estoy segura que serías capaz de correrte sólo pellizcándote los pezones. 

Y viendo tu cara de dolor, y viendo como intentas aguantar todo lo posible, es como a mi me haces ponerme muy cachonda. Y es cuando la sesión logra MI objetivo.

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