Pezones (2)
Una se toca los pezones y se excita. Pero esa excitación es un aperitivo comparada a cuando los pezones nos los toca el Ama.

Cuando una se está estimulando no hay sorpresas. La mente es la que decide primero si la mano va al pezón derecho o al izquierdo y con qué intensidad. El pezón ya se imagina lo que va a experimentar, ya sabe lo que le espera.
Pero cuando está con las manos atadas a la pared, sin poderse defender ni mover, y ver acercarse a su Ama a sus pezones, el cuerpo se pone en tensión, no sabe si ella va a darte una caricia o si va a apretarlos hasta oír como te quejas. Si va a estar mucho o poco tiempo. Si vas a aguantar o si vas a suplicarle que pare, demostrando tu debilidad, En definitiva, esa sorpresa es la que te hace tener mucha más intensidad en la sensación.
Y claro, eso no sólo ocurre en los pezones, también ocurre en el resto del cuerpo.
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