Orgasmo Femdom (4)

La relación con su sumiso la llevaban a veces en sesiones reales, pero otras en sesiones virtuales, debido a que ella y su sumiso no vivían en la misma ciudad.

Ella le había prometido que después de que él hubiera logrado estar en castidad ya 5 semanas, el jueves siguiente ella le dejaría tener un orgasmo de liberación. Era domingo y aún faltaban 4 días.



El sumiso empezó a pensar cómo iba a darse su momento. A qué hora, qué webs porno miraría. Estaba muy ilusionado. Llevaba ya un tiempo teniendo períodos de castidad controlados por su Ama, generalmente a distancia, y tenía muy claro que debía obedecerla, aunque ella no estuviera delante, ni le tuviera el pene encerrado. Leer sus órdenes en los mails o en los mensaje de twitter, de que no debía masturbarse era algo que se le metía en el cerebro y él era incapaz de incumplirlas.

Y ya sabía por ocasiones anteriores similares, que esos momentos eran únicos, y que con la castidad los disfrutaba más. Los disfrutaba en el momento, pero también en los días previos pensando cómo iba a hacerlo, y en los días siguientes, recordando como fue, hasta la siguiente ocasión.




Pero en esta ocasión su Ama iba a ser algo más malvada. El miércoles por la noche, sabiendo que a esa hora su sumiso ya no lo vería, le mandó este mensaje privado por twitter:

"Cuando leas esto hoy jueves, estarás a punto de masturbarte, pero NO TE LO PERMITO, te lo retraso un días más."

El objetivo era hacerle sufrir un poquito más cuando estuviera a punto de ponerse a masturbarse.

Y así fue, cuando el sumiso encendió el ordenador, fue preparando el papel higiénico, ya se estaba bajando los pantalones y los calzoncillos, y al abrir el twitter (siempre era lo primero que abría al conectarse) vio el cambio de opinión su Ama. Obedeció, sin dudar. Mañana sería.

El jueves pasó lo mismo, el sumiso preparó el papel higiénico, se fue bajando los pantalones mientras encendía el ordenador, y se encontró el mismo mensaje denegándole de nuevo esa paja tan deseada.

El viernes el sumiso ya no se llevó el papel higiénico, ni se bajó las pantalones, lo primero que hizo fue ver si su Ama le había enviado algún mensaje retrasándole de nuevo su placer, y así era, ese día tampoco tenía el permiso de su Ama.

Esto se repitió el sábado y el domingo. El sumiso ya empezaba a estar confuso, no sabía cuando le iba a permitir su Ama desahogarse, eran muchos días ya los que tenía acumulados. Sabía que su Ama le estaba poniendo a prueba y que era una forma de conseguir que él fuera más sumiso y obediente.

Además su Ama tenía como objetivo que el sumiso no diera nunca algo por ganado, que aprendiera y asumiera que su Ama era la que le concedía los orgasmos, ya que él, hace tiempo, le había cedido es poder a su Ama.

Al final el sumiso ya no quería hacerse más ilusiones,pero el lunes por fin ya su Ama sí que le envió el mensaje autorizándole la tan deseada masturbación. 

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