La cueva de pepa

Hay hombres que se sienten muy orgullosos de su pene, pero por otro lado hay Mujeres que en ese pene sólo ven un simple tirador, un asa de donde tirar de ti y llevarte donde ellas quieren.

Hola Ama. Me permito enviarle este carta antes de nuestra primera cita para contarle algo de mi, y a la vez para intentar aclarar cuales son mis intenciones y deseos estando ante usted. He de reconocer que siempre he pretendido conseguir una relación de pareja y no económica de Dominación Femenina con un Ama y de que debido a que no la encuentro he tenido la iniciativa de solicitarle que me permitiera tener una sesión profesional con usted. Asumo que quizá esta confesión pudiera ser interpretada como que veo en menor entidad a las Amas profesionales que a las Amas que lo son por deseo personal, sin un fin económico, pero no es esa mi intención. Creo que hay que respetar a  cualquier Ama, lo sea por la motivación que sea, unas lo hacen por una tendencia sexual y personal y otras cubren una necesidad de sumisos que no encuentran un Ama y están dispuestos a pagar por ello. Y ambas han de ser respetadas y defendidas porque ambas difunden y fomentan la Dominación Femenina. 

- Hay 2 cosas que quiero que hagas a partir de ahora cada vez que estés a mis pies - me dijo la última vez que estuve ante mi Ama-. - Quiero que cada vez que te azote además de "Gracias, Señora", me digas "Otro más, por favor". Incluso cuando estés cerca del límite de tu aguante. Quiero que venzas la tentación de hacer caso a tu cerebro que te estará diciendo que pidas que pare. Quiero que tu cerebro oiga que tú mismo pides más. Que deseas que te domestique más, que te haga más resistente al dolor. Que confíes ciegamente en mi y en que estaré pendiente de no hacerte más daño del que puedas soportar, que me dejes decidir a mi cuando tengo que parar, cuando vea tu culito bien rosita, como me gusta, y con eso me demostrarás que eres un buen sumiso, y que deseas abandonarte en mis manos. Evidentemente si ya no puedes soportarlo más, debes decirme la palabra de seguridad, y lo entenderé cariño. - Y el otro deseo es que cuando saque la llave del cinturón