Orgasmo Femdom (3)

La sesión de ese día llegaba a su fin.

El Ama le había permitido al sumiso que se masturbara. El sumiso se había portado muy bien y había tenido mucho aguante a una intensa sesión, de la que el Ama había disfrutado mucho. 

Ella sentada en el sofá, él en medio de la sala, de rodillas, dejándolo disfrutar. Incluso le había dejado acercarse a ella, para que su excitación y su placer aumentase, pudiendo oler y besar sus bellas piernas enfundadas en unas medias preciosas, mientras él se frotaba su pene con mucha intensidad.

Por la respiración del sumiso vio que ya estaba cerca de su eyaculación Seguro que el sumiso estaba ya pensando en lo que la iba a disfrutar después de que su Ama le hubiera tenido los 30 días en castidad.

De repente el Ama, se levantó. Ordenó al sumiso que parara, le agarró por el pene, y lo llevó junto a una estantería que había en un lado de la habitación.


De una de las baldas sacó un bol que ella, lógicamente, habría preparado antes de que él llegara. Estaba tapado con un trapo morado.

Dentro del bol había una buena cantidad de hielo, que después de 1 hora, ya se había derretido un poco, teniendo el sumiso delante una buena mezcla de agua helada y hielos.

El Ama puso el bol en una banqueta.

- Agáchate y mete tus huevos y tu pichurrina ahí dentro.

El sumiso obedeció inmediatamente, sin dudar. Llevaba ya muchas sesiones con su Ama, y ella le había hecho responder de forma automática ante cualquier orden suya, sin cuestionarla, y sin dudar. Aunque como en aquella ocasión significara una enorme frustración del orgasmo que ya estaba a punto de saborear.

El sumiso se agachó, sin una mala cara, y sin una mirada de súplica. Metió sus genitales dentro del frío líquido del bol. La erección desapareció al instante. Ese día tampoco tocaba orgasmo. 

- Muy bien, cielo. - Le dijo ella a su sumiso, a la vez que ella le acariciaba dulcemente el pelo, y le daba un beso en la frente-.


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