Le echo de menos, la necesito

Hola Ama.

Perdone, sé que soy muy pesado, pero necesitaba confesarle que la echo de menos. Sé que anda muy ocupada, y con problemas personales. No le pido que me dedique mucho tiempo. Pero estoy en un punto en el que he conseguido no necesitar masturbarme, gracias a usted, y eso que mañana ya hago 4 semanas en castidad, pero ahora lo que echo de menos son sus palabras. Que me diga que No, que me anime a seguir, que me humille un poquito. Necesito más oírla a usted que hacerme una paja.

Ando perdido sin sus palabras de guía, de control, y por eso a veces hago cosas que no están bien. No es por su culpa, al revés, debería ser yo más cuidadoso, lo siento. Me aburro y acabo hablando más de la cuenta, perdóneme. Y aceptaré los castigos que usted crea convenientes.

No sé si es que está enfadada, o si es simplemente que no puede, o que tiene dudas, no lo sé. Sólo sé que su silencio se me está haciendo muy duro.