Colonia de Mujer

Durante mucho tiempo llevaba fantaseando con usar colonia de Mujer. Cuando iba a algún hipermercado, o al alguna perfumería, le gustaba pasarse por la zona de las colonias de Mujer. Alguna vez se le acercaba alguna dependienta para ofrecerle ayuda, a lo que él siempre contestaba que estaba mirando, que era para un regalo. La misma excusa que daba cuando alguna dependienta le decía lo mismo cuando miraba braguitas o sujetadores en la zona de lencería. No se atrevía a decir que era para él.

También le gustaba los desodorantes femeninos. Tenía alguno en casa, los olía, pero no se atrevía a ponérselo para ir a la calle. Temía que alguien lo oliera y le mirara raro.

Disfrutaba mucho también oliendo a las chicas cuando pasaban a su lado. Oler el aroma que van dejando.

Pero un día se atrevió. Además buscó un desodorante de mujer de los que más olieran a Mujer, que no fuera unisex. Se puso desodorante, se fue de paseo por la ciudad, nadie le dijo nada. Es un olor que sólo se huele cuando estás cerca y si esa persona ha sudado un poquito. Se animó. 

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Otro día se echó desodorante para ir a una cita con un Ama. Él no dijo nada, ni su Ama lo notó, o al menos ella no le dijo nada.

Y un día por fin se atrevió y también se echó colonia de mujer y salió a la calle. Ya en el ascensor se cruzó con una vecina que le miró raro, o eso le pareció a él, que también pudiera ser que él lo viera así y que todo fuera imaginación suya, pero que ella no se diera cuenta. Aunque si nadie se da cuenta, no tiene gracia ni morbo la situación.

No hacía daño a nadie oliendo como él quería, sólo hace falta atreverse y aguantar y no ofenderse si alguna mirada va demasiado criticona o mal intencionada.

Ya sólo le faltaba dar el último paso, ponérsela con amigos o amigas. O con familiares. 

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