Solo en la ciudad

Había tenido que desplazarse a esa ciudad por motivos laborales. Su empresa le había pedido que se marchara un día allí, porque tenía que mantener unas reuniones con otra empresa con la que querían empezar a tener tratos comerciales, y de paso le habían invitado a conocer sus instalaciones.

Cómo el ir y venir en el día era complicado, por la distancia, le habían buscado una habitación de hotel y encima le pagaban unas dietas. No le importaba el plan. Tenía amigas que tuvieron una época en la que estaban continuamente de viajes de negocios, cada semana había dos o tres noches que siempre habían dormido fuera de su casa, y eso era muy pesado, pero el tener viajes de empresa de forma esporádica era divertido, aunque ibas por trabajo, pero podías hacer turismo por la tarde y conocer un poquito esa ciudad.

Además podía poner en práctica sus tendencias de sumiso y de poder vestirse con ropa de Mujer en la intimidad de su habitación de hotel. En anteriores ocasiones parte de la tarde la había dedicado a masturbarse tranquilamente en la soledad de la habitación del hotel. Pero esa tarde fue distinta. Llevaba un tiempo en castidad, a pesar de que en ese momento no tenía Ama que se lo ordenase, pero el haber tenido un Ama que le tuvo muchos períodos en castidad le había marcado y le apetecía no dejarse llevar por sus deseos más primarios de hacerse una paja.

Se desnudó, se tumbó en la cama. La habitación tenía espejos en las puertas de los armarios que le permitía mirarse como se tocaba. Se tumbó cómodamente. Puso el cronómetro en 5 minutos para no tener que estar pendiente del reloj y dejarse llevar. Se empezó a tocar los pezones, sin tocarse el pene, sólo pezones. Si se tocaba el pene corría el peligro de querer eyacular, y al jugar con los pezones ampliaba sus zonas erógenas y notaba que cada vez tenía los pezones más sensibles.

En otras ocasiones había disfrutado haciéndose una paja así, tumbado, en bolas, le gustaba hacerlo así, sin nada que le estorbara, en primavera, con la ventana abierta dejando que el aire entrara, pero aquella tarde no quería que fuera igual. De momento el plan era sólo pezones. Luego empezó a hacerse contracciones en su zona genital, para autoestimularse el pene de alguna manera, y sin manos. Empezó a ponerse húmedo. ¿Podría algún día eyacular así, sólo con estimulación de los pezones? Difícil lo veía, aunque quizá practicando mucho y manteniéndose en castidad un buen tiempo podría alcanzar un orgasmo así, si el cuerpo dejara de recordar sus orgasmos de pene.



Gracias a estar en castidad había aprendido a conocer mejor su cuerpo y a tener orgasmos distintos a los normales: orgasmos arruinados, orgasmos excitándose sólo en la punta del pene, o con el uso de un vibrador alrededor del pene, sin manos.... Le faltaba también alcanzar un orgasmo prostático.

Siguió jugando con sus pezones y fantaseando que un Ama le follaba su ano, mientras levantaba las piernas preparándose como si estuviera esperando que ella entrara por la puerta con su strapon entre las piernas, y se veía su culo reflejado en el espejo. Empezó a ponerse húmedo. Se imaginaba también llevar puestas unas braguitas rosas,y que el Ama se las apartara para poder acceder mejor a su agujerito trasero. O que ella le pusiera el culo coloradito, algún cachete se dió el mismo, eso sí estaba permitido.  También se dio unos suaves manotazos en sus huevos, eso le excitaba mucho también. Cada vez estaba más húmedo. El reloj sonó, qué rápido habían pasado los 5 minutos. Siguió unos minutos más, pero se levantó. Efectivamente tenía mucho flujo en sus genitales, pero debía parar. Sabía que si seguía tocándose acabaría rompiendo su castidad y sólo llevaba 6 días, muy poco.

Se dio una duchita de agua fría y se empezó a vestir para bajar y dar una vuelta por la ciudad. 

Quizá encontraba de camino alguna lencería para poder comprarse alguna braguita mona.



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