Gusanitos y templos entre las piernas

Me gusta cuando mi Ama me dice cosas humillantes de mi pene. Eso me hace ver que mi miembro no tiene valor en esta relación, que lo importante es el templo que ella tiene entre sus piernas. Está bien que ella me lo recuerde de vez en cuando. Que ese mensaje vaya calando en la mente del sumiso. Que vaya asumiendo de forma automática su inferioridad ante ella. Que el ego del sumiso por tener pene, se vaya reduciendo.



Da igual el tamaño del pene. Generalmente todos pensamos que es normal, pero seguramente sea más bien pequeño. Y aunque sea grande, en una relación Femdom eso da igual. El tamaño dicen que no importa y en una relación de Dominación Femenina menos aún. 

El Ama va a jugar con todo nuestro cuerpo, y con nuestra mente. Y si desea jugar con nuestro pene, alguna vez será piadosa y nos dejará tener un orgasmo para que no se nos olvide lo que es, y para que los recordemos y deseemos tenerlos, y para que asumamos que es ella la que nos regula y autoriza los orgasmos, pero la mayor parte de las veces que ella desee jugar con nuestro miembro viril (que no deja de ser una forma de llamarle) será para divertirse ella a nuestra cosa, dejándonos calientes e insatisfechos, o dándonos algún cachetito que nos hará ver las estrellas y eso le hará a ella disfrutar y reírse.

Entre lo que nosotros tenemos entre las piernas y lo que tiene el Ama, evidentemente es más importante su templo. Ella puede llamarle a su vagina como ella quiera, es suyo, su coño, su chocho, su ... lo que ella quiera. A veces ella nos dejará que lo llamemos así también, porque le pondrá cachonda oírlo, pero si no tenemos permiso claro de ella, mejor llamarlo con mucho respeto, tesoro, templo, ... y por supuesto si ella alguna vez es buena y nos lo enseña, nada de mirarlo con lujuria, debemos mirarlo con mucho respeto. Y por supuesto, nuestra lengua siempre ha de estar dispuesta para comernos con pasión ese tesoro.

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