Pelotas

 

Quiero que dejes de ver a tus pelotas como esa parte de tu cuerpo que tanto placer te ha dado. Ahora tú no tienes derecho a placer, sólo a sufrir.

A partir de ahora voy a ser yo la que juegue con ellas, a mi manera. Y ya verás como va a ser una manera muy distinta. 

Muchas veces querrás volver a tocártelas como antes, pero mientras yo sea la dueña, no lo tienes permitido.

Ya tengo pensado lo que quiero hacer con ellas. Pero lo que siempre querré hacer es divertirme con ellas, y pasármelo bien viendo tu cara de dolor y escuchando los lamentos. Menuda mezcla, mis risas y tus súplicas.

Puedes decir la palabra de seguridad, como siempre, pero te aviso que seré yo quien decida cuando parar. Quiero que vayas aguantando cada vez un poquito más de las maldades que te voy a hacer en esas pelotitas peludas que tienes entre las piernas.

Primero las tocaré con cariño y suavidad, y luego iré apretando y moviéndolas dentro de mis manos, ahí seguro que empiezas a moverte para quererte escapar, para hacerme ver que te duele, tranquilo, antes te habré atado para que no te escapes.

Luego les daré unas palmaditas, de poca intensidad, y dando tiempo para que te recuperes, pero luego el tiempo se irá acortando y la fuerza de la mano aumentando.

Me tendrás a tu lado, en tetas, en medias, o quizá desnuda entera, ya veré como quedarme para hacerte sufrir más, para ponerte muy excitado para que el dolor y sufrimiento sea mayor.

Y con el tiempo te iré dando también unas pataditas. Al final me va a gustar el futbol también, como  a ti.