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- Hay 2 cosas que quiero que hagas a partir de ahora cada vez que estés a mis pies - me dijo la última vez que estuve ante mi Ama-.

- Quiero que cada vez que te azote además de "Gracias, Señora", me digas "Otro más, por favor". Incluso cuando estés cerca del límite de tu aguante. Quiero que venzas la tentación de hacer caso a tu cerebro que te estará diciendo que pidas que pare. Quiero que tu cerebro oiga que tú mismo pides más. Que deseas que te domestique más, que te haga más resistente al dolor. Que confíes ciegamente en mi y en que estaré pendiente de no hacerte más daño del que puedas soportar, que me dejes decidir a mi cuando tengo que parar, cuando vea tu culito bien rosita, como me gusta, y con eso me demostrarás que eres un buen sumiso, y que deseas abandonarte en mis manos. Evidentemente si ya no puedes soportarlo más, debes decirme la palabra de seguridad, y lo entenderé cariño.

- Y el otro deseo es que cuando saque la llave del cinturón de castidad, porque ya veas que voy a dejarte desahogarte después de unos cuantos días, o semanas, en castidad, que también me digas "Le suplico que me deje unos días más en castidad". Que deseas ofrecerme ese regalo. Estoy convencida que en ese momento estarás deseando que te deje masturbarte, que estarás ansioso por alcanzar tu placentero orgasmo. Sé que esto es casi lo que más te está costando de nuestra relación de Dominación Femenina en la que voluntariamente aceptaste meterte hace un tiempo. Por eso daré el valor que se merece a tu petición de más tiempo en castidad. Pero me encantará ver como no sólo soy yo la que establece los tiempos de tu abstinencia, sino que tú también vas aprendiendo y asumiendo tu nueva situación. Igual que en el castigo físico, considero muy útil para tu educación el que seas capaz de verbalizar esta petición, de vencer el deseo interior que seguro que tendrás de pedir que te deje tocarte tu clítoris masculino.

Un beso cielo.