Fetichista oculto

Juan se dirigió al cesto de la ropa sucia y rebuscó una de las braguitas usadas que hubiera dejado allí su chica, Pilar. Llevaba ya tiempo haciendo esto, la cogía, la olía, se excitaba y alguna de las veces incluso se había masturbado con ella, teniendo cuidado de no mancharla con su semen. Juan llevaba viviendo con Pilar varios años, y les iba muy bien, era una pareja que se compenetraba y que se entendía. Tenían sus peleas, como todas las parejas, pero cosas normales, más que peleas era diferencias de opinión. Y en la cama les iba bien, aunque a Juan le faltaba algo de morbo, algo de fetichismo, su chica era más tradicional, alguna vez se lo había insinuado, a ella eso no le hacía mucha gracia y él no había querido insistir. Decimos que hay que ser sincero en la cama con tu pareja, decirle lo que nos gusta, pero esos gustos más íntimos y personales a veces los dejamos ocultos y bien guardados en nuestra caja fuerte porque tenemos miedo de no ser correspondidos, o porque pensamos...