Entrada 200. Budismo

Una de las claves de la felicidad es la insatisfacción. Se puede tener aparentemente todo en la vida, pero sentirnos infelices. No depende de lo que tengamos, sino de lo que creemos que nos falta, como si nuestros deseos fueran un horizonte inalcanzable.

Aplicado a la Dominación Femenina y a la castidad, podríamos verlo como que un sumiso, antes de serlo, se masturba, pero nunca está satisfecho, al poco de terminar su eyaculación se le pasa el momento de placer y ya empieza a pensar en la siguiente paja. Cuando el cuerpo se recupere y le responda de nuevo.

Por eso, cuando un Ama pone a su sumiso en castidad, el sumiso se desapega de sus deseos de masturbarse y abraza la realidad tal como es, con orgasmos espaciados em el tiempo y administrados por ella. Y el sumiso aprenderá a disfrutar de otras sensaciones de su cuerpo, y no depender de sus orgasmos.



Pero esta idea no es nueva, no la han desarrollado ni un Ama ni un sumiso, es una idea muy antigua, es una adaptación de un concepto del Budismo.


‘Dukkha’, el azote de la insatisfacción

Una de las claves de la felicidad, según el budismo, es el dukkha, que a menudo se traduce como insatisfacción. Se puede tener aparentemente todo en la vida —salud, dinero, éxito social, amor— y sufrirlo. Es común entre personas de alto nivel económico o intelectual. El dukkha no depende de lo que tengamos, sino de lo que creemos que nos falta, como si nuestros deseos fueran un horizonte inalcanzable. Cualquier cosa deja de tener valor una vez conseguida, lo que nos obliga a correr siempre hacia el siguiente objetivo. Según el budismo, solo podemos liberarnos del dukkha al desapegarnos de nuestros deseos —de conseguir algo, de que algo suceda, de que algo cese— y abrazar la realidad tal cual es.


Texto sacado de un artículo de EL PAÍS SEMANAL

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