El poder de un NO

El Ama le dijo que NO podía masturbarse. Un NO que son sólo 2 letras. No es una cadena, no es una cuerda, son sólo 2 letras. No es un impedimento físico. Es algo inmaterial.

Palabra que en otro idioma puede significar lo mismo o no.

El sumiso deseaba, necesitaba, masturbarse, llevaba ya muchas semanas sin tocarse. Notaba esa necesidad en sus partes bajas. No era una necesidad física como comer, como beber, como ir al servicio. No era una necesidad vital. Pero sí era una necesidad para aliviarse. Una necesidad quizá más mental que física.

Pero en la mente del sumiso fue más fuerte ese impedimento, ese NO del Ama, que su necesidad. Tenía posibilidad de desahogarse, de aliviarse. Ella seguramente no se enteraría. ¿Por qué no hacerlo? Pero ese NO fue una obligación, una orden, que el sumiso no quería romper. En la siguiente conversación con ella se lo habría dicho, no habría podido mentir a su Ama.

El sumiso era consciente de que aunque tenía ese deseo egoísta, pero que deseaba seguir experimentando las sensaciones de la castidad, la frustración, ese cosquilleo de unos genitales excitados que no se alivian desde hace varias semanas.

Sabía que esa dificultad ya la pasó hace tiempo cuando el período sin eyacular había sido sólo 2 ó 3 días. Y que en aquella ocasión esos 2 ó 3 días le parecieron también imposibles de superar, y que al final no sólo los superó, sino que ahora ese período de castidad le parece facilísimo, asequible, su capacidad de aguante en castidad ha aumentado.

Y está convencido de que si sigue así, en el futuro llevar 4 semanas en castidad como ahora le resultará también asequible. Todo es cuestión de entrenarse, de tener un Ama a su lado que le recuerde que "el juego continua", y que ella sigue deseando mantenerle en castidad y ordenarle cuando se puede hacer una paja y cuando no. Sabe que si estuviera solo hace tiempo se habría rendido, pero tener alguien con quien se ha comprometido le estaba ayudando mucho.