Indefenso
- Túmbate en el suelo, sumiso, quiero jugar con tus bolitas.
- Si Ama.
- Me gusta verle desnudo, yo vestida.
- Me gusta verla ahí arriba, mientras yo estoy abajo, a su merced.
- ¡Cómo disfruto viendo su cara de miedo mientras le doy pataditas suaves en sus genitales!
- Me gustaría pedirle que me diera un poco más fuerte, sentir una buena patada suya.
- Le voy a dar un poco más fuerte a ver si aguanta.
- Ya se anima, no sé si lo aguantaré.
- No quiero que tenga demasiado dolor, sólo el justo.
- Me excita sentir su pie en mis genitales.
- Mira como se retuerce de dolor, voy a apretar un poquito más, está empalmado y mojadito.
- Qué guapa es, qué piernas más bonitas.
- Toma patadita. Qué blandos son sus huevos.
- Ya, así, qué bien, pero no me atrevo a pedirle que me dé más fuerte, me va a doler mucho.
- Poco a poco, tranquila, es la primera vez que jugamos a esto, pero por lo que veo no va a ser la última.
- Si no me da más fuerte me voy a arrepentir muchos días de no habérselo pedido.
- Qué sumiso es, y como le gusta sufrir por mi, me encanta.
- Me gustaría que me diera una buena patada. Saber lo que se siente.
- Me haría una paja a la vez que me da patadas en los testículos, cómo me está poniendo de cachondo todo esto.
- Qué sensibles los tiene, aprieto un poco por este lado a ver que tal.
- Ay! Me los va a reventar, como me los está aplastando.
- No debo quejarme, tengo que aguantar.
- Quiero que se sienta orgullosa de mi
- Qué duro es, sólo da pequeños quejidos, buen sumiso.
- Me está poniendo cachonda a mi también.
- Me voy a quitar las bragas, las estoy empapando, así se le va a poner más dura a él.
- Y las patadas le doleran más.
- Que aprenda que sus empalmes van acompañados de sufrimiento.
- Entre la excitación y las patadas voy a tener dolor ahí abajo varios días.
- ¿De quien son estas bolitas, sumiso?
- Suyas Ama, y puede usarlas como quiera.
- Ya lo sé sumiso, y tú también lo estás grabando bien en tu mente, ¿a que si?
- Si Ama.
- Porque como vea que no es así, te vas a acordar mucho tiempo de la patada que te voy a dar.
- Si Ama.
- No olvides nunca que tus bolas son para mi disfrute, me gusta verte retorcerte de dolor cuando te las toco. Y que no son para que hagas guarrerías con ellas, ¿de acuerdo?
- Si Ama.
Me encanta cuando mi Ama hace lo que se describe en este relato. Y cada vez quiero que me de un poco más fuerte. Después ella decide, como no puede ser menos, si da más fuerte o no.
ResponderEliminarGracias Elayel. Es así, a mi también me gusta que me den un poco más fuerte en los genitales, pero a la vez tengo un sentimiento de miedo, de que sea "demasiado" fuerte, y me retuerza de dolor. Pero es ofrecer a tu Ama tu parte más sensible. Gracias.
ResponderEliminar