Arrodillado

Una Mujer que envía a un sumiso una foto de sus braguitas usadas durante todo el día.

Braguitas que muestran pequeños restos de escapes de esa Mujer.

Braguitas que muestran su uso por una Dama, no son braguitas limpias, sin dueña, sin haber estado en contacto con el templo de una Dama.

Un sumiso muy fetichista que se excita.

Sumiso y Ama nunca se verán en persona, solo hablan por internet.

Ama que sabe que esa foto le pondrá muy cachondo a su sumiso en la distancia.

Dama que le pide que a cambio de ese regalito, el sumiso debe hacer una penitencia por ella.

¡¡ Arrodíllate por mi !! le pide.

Ella y él saben que él podría decir que se ha arrodillado pero no haberlo hecho.

Pero ambos saben que eso no pasará, que el sumiso obedecerá en la distancia y en la soledad de su casa.

Nadie le verá, podría mentir, pero se estaría mintiendo a él mismo el primero.

El sumiso se dispone a cumplir el deseo de su Ama.

Lo hace lo antes que puede, a las pocas horas, al día siguiente, antes de desayunar. 

Su Ama es su mejor alimento. Los deseos de su Ama van antes que sus necesidades de alimentarse.

Los primeros cinco minutos de arrodillado los lleva bien.

No se quiere masturbar, eso sería una falta de respeto a su Ama, encima que ella le ha regalado esa foto, pero está muy excitado, unas gotitas de babeo  acaban saliendo de su pene y caen en el suelo frio del baño.

No se quiere masturbar, pero sí se toca como él a veces hace para relajar tensiones, se pellizca los pezones, sin tocarse su colgajo, con eso le vale, ya ha acostumbrado a su cuerpo a que esa sea el máximo placer que puede esperar, esas erecciones, nada de orgasmos, estos solo son esporádicos.

Quizá a su Ama no le guste saber que se ha tocado ni así, solo los pezones. Se lo confesará, ella decidirá si él ha actuado bien o mal.

Los siguientes cinco minutos se le hacen más difíciles de soportar, ya lleva 10 minutos arrodillado.

Desea llegar a 15, aunque cree que eso es poco sufrimiento para agradecer que su Ama le haya enviado esa foto tan íntima y excitante, unas braguitas usadas, preciosas, de color azul oscuro, con sus puntillitas, con sus encajes, con sus manchitas de esencia de Mujer.

Los minutos se le hacen eternos, cada minuto que pasa parece que han sido 5, el dolor de rodillas ya le hace estar muy incómodo, pero desea llegar a 15, aunque debería llegar a mucho más.

Por fin el reloj marca el tiempo, ha pasado un cuarto de hora arrodillado pensando en esas braguitas.

Pero este tiempo, a solas, le ha servido también para pensar en otras ideas, en otras nuevas entradas para su blog y para sus redes sociales, este tiempo le ha permitido centrarse en lo que debe, en intentar ser mejor sumiso cada día, y en colaborar para la difusión de estas ideas de Dominación Femenina, Relaciones Dirigidas por Mujeres, y en la Ginarquía.

Gracias Ama, por esa foto, y por haberme permitido ofrecerle estos quince minutos de sufrimiento y de reflexión.